Eugenio Besellini se enamoró futbolísticamente del chico serio que parecía ya un hombre, hasta el punto de hacerlo debutar con solo 16 años, contra la Juventus en la Copa de Italia. Con 17 años participó en el derbi y con 18 se convirtió en campeón del mundo, jugando una final soberbia como titular. Con 35 aún disfrutaba del fútbol en un mundial. Como jugador del Inter ganó una liga legendaria y 3 Copas de la UEFA. Compartió vestuario con jugadores como Altobelli, Ronaldo, Matthaus o Bergomi y siempre mantuvo la calma, la sonrisa y la inteligencia.
Beppe creció junto con el Inter y la Serie A, que siendo un torneo nacional se convirtió en el campeonato más importante del mundo, en el que los adversarios podían ser Maradona, Van Basten, Mancini, Baggio, Voller o Laudrup. Los dejó a todos atrás el Inter en 1989, con Trappatoni en el Banquillo y con una defensa inolvidable. Muchos de sus miembros llegaron desde el filial: Walter Zenga, Giuseppe Bergomi, Riccardo Ferri, Andrea Mandorlini y Andy Brehme.
Empezó su carrera como lateral derecho, aunque luego pasó a jugar de libero con Gigi Simoni y más tarde con Bersellini, Trapattoni, Bearzot y Cesare Maldini, los entrenadores que mejor comprendieron la importancia de tener a un jugador como él en el campo y en el vestuario. Era correcto, pero también duro (doce expulsiones durante su carrera) y sobre el césped tenía carisma, cerebro, corazón y buenos pies.
Desde muy joven llevó bigote, “te pareces a mi tío” le dijo un día en el vestuario Gianpiero Marini. Desde entonces se le quedó el apodo. Como nerazzurro jugó 756 partidos, un récord que parecía imbatible hasta que su heredero natural, Javier Zanettti, logró superarlo. Además de capitán del Inter, fue capitán de la selección italiana. Aquella que durante las noches mágicas de 1990 no logró ganar el mundial en casa, el peor momento deportivo para una generación de grandes fenómenos, incluido Bergomi.
Hoy es uno de los más apreciados comentaristas deportivos de Italia y a través del micrófono transmite lo mismo que transmitía en el campo: corrección, capacidad de análisis y pasión.